jueves, 18 de octubre de 2012

El perdon


Perdonar, una tarea a la que el cristiano no puede hacer oídos sordos, una práctica que muchas veces conlleva con ella misma un sentimiento de alivio tanto para el que perdona como para el que es perdonado.
Sin duda que el no perdonar nos ata en nuestro interior, y se encarga de hacer crecer grandes sentimientos de rencor, amargura, etc, etc, creando un germen con capacidad de crecer y condicionarnos.
Tambien entiendo que no siempre perdonar signifique reestablecer la anterior relación o situación, pero indefectiblemente creo que es necesario el perdón, en más de una oportunidad esto no es tan fácil, y a veces entra dentro del rango de lo imposible.

Quizás ante la mayoría de las ofensas que recibimos o cometemos no sea tan complejo el ejercitar esta disciplina, ya que está mas que claro que todos somos seres falibles y que cometer errores que dañen u ofendan a otros, de alguna u otra manera es algo que todos atravesamos o cometemos en más de una oportunidad.
Entonces podríamos decir que acordamos que corresponde perdonar cuando la falta que cometimos o nos cometieron es del tamaño “Standard” o normal.

¿Quién de nosotros no ha perdonado alguna falta de las consideradas comunes o normales?, creo que todos, y es más, tampoco creo que haya discusión acerca de este tipo de perdón. Hasta aquí podríamos decir que todos estamos de acuerdo.
Lo que sucede es que seguir las enseñanzas del maestro no es una tarea que cualquiera pueda interpretar de una manera lógica, tampoco que se pueda comprender solo con el intelecto.

Dijo Jesús
“Ama a tu enemigo.”

"Porque si perdonáis a los hombres sus ofensas, os perdonará también a vosotros vuestro Padre celestial; mas si no perdonáis a los hombres sus ofensas, tampoco vuestro Padre os perdonará vuestras ofensas." (Mateo 6:14-15)

No hay comentarios:

Publicar un comentario